VIVIENDAS:
Las casas eran pobres, de cal y canto, con ventanas escasas y pequeñas
para protegerse del frío; los techos de paja.
En cuanto al mobiliario, un lecho un armazón de cama, ganapanes
(jergones de paja); el capital o cabezal (almohada); sábanas
de lino, duraderas; el tapete (manta).
Como utensilios de cocina, se usaba el folle (fuelle), el frixorium
(sartén), azafate (bandeja), coleares (cucharas de madera),
y tazas también de madera o bronce, del que también
eran los grandes calderos.
Existían muchos otros instrumentos, como guadañas y
azadas, frenos y sillas de montar, carros con ruedas de madera. En
las casas se alumbraban con aguzos y teas o aceite de hayuco.
VESTIDOS:
Los lienzos de lino eran la materia prima para todos los vestidos,
además de las pieles de liebre, zorro y cordero para los gorros.
Las mujeres usaban faldas de carmesí y varios colores. Como
calzado, madreñas.
CULTIVOS:
Se cultivaba más el centeno que el trigo, pues aquel aparece
más documentado. El animal empleado en el trabajo era el buey;
también eran comunes los caballos de la Montaña.
COMIDAS:
Lo más habitual era la carne curada (tocino, chorizo, jamón);
fuera de eso, los arbejos, habonas, bellotas, y sobre todo leche.
La miel era la única forma de endulzar la cosas, y eran frecuentes
las colmenas.
INDUSTRIA:
sólo existían los molinos, batanes y telares de lino
y lana. Los oficios más frecuentes en industria eran los de
carpintero, serrero, cantero y herrero. También había
molinos de linaza y aceite de hayuco, al que llamaban oilo.
DINERO:
circulaba muy poco, se utilizaba mucho más el trueque.
ALMACENES:
Las casas tenían grandes arcones para consevar el grano; los
hórreos, originarios de Asturias y Galicia, no llegaron a la
Montaña hasta últimos de la Edad Media.
TRIBUTOS:
La facendera o hacendera era una forma de tributo que consistía
en el trabajo que se prestaba al rey o al señor, en lugar del
pago de dinero.
DEMOGRAFÍA:
La Montaña recibió a muchos pobladores durante los primeros
tiempos de la Edad Media, favorecida por los monasterios y las concesiones
de tierras a los señores feudales, interesados en tener hombres
para la guerra.
Más tarde, y a causa de la peste negra, quedaron desiertos
muchos pueblos.
LA
TRASHUMANCIA:
El origen podría estar en la necesidad de esconder el ganado
del enemigo, y trasladarlo a conveniencia. Consistía en el
traslado del ganado del sur (Extremadura y Andalucía) al norte
en primavera, y al revés en el otoño.
Los rebaños iban dirigidos por un mayoral, pastores, zagales
y perros, imprescindibles para la defensa. El rebaño constaba
de ovejas en su mayor parte, pero también cabras que proporcionaran
leche; amén de yeguas y burros para el traslado de los utensilios
imprescindibles para la vida diaria.
A finales de octubre sucedía el proceso inverso: los montañeses
bajaban con sus rebaños, dejando atrás pueblos y familias.
Había un cantar que decía:
Ya
se van los pastores,
a la Extremadura
ya se queda la Montaña
triste y oscura.
Ya se van los pastores
ya se van marchando;
más de cuatro zagalas
quedan llorando.
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